La planta que vamos a conocer hoy es la Actaea spicata, una especie de hierba perenne que pertenece a la familia de las ranunculáceas. Su nombre científico significa "en espigas", por la forma de sus inflorescencias. También se le conoce con otros nombres comunes, como cimífuga, barba de cabra, cristoforiana o yerba de San Cristóbal.
Esta planta tiene un rizoma grueso y nudoso, del que salen tallos erectos de hasta 65 cm de altura, con pocas ramas y desnudos en la base. Las hojas son grandes, lobuladas y de color verde brillante por el haz y glauco por el envés. Las flores son pequeñas, blancas y se agrupan en racimos densos. El fruto es una baya negra, oblonga y muy venenosa, que contiene numerosas semillas.
La Actaea spicata es originaria de Europa central y meridional, donde crece en bosques húmedos, sombríos y nitrófilos, preferentemente sobre suelos calcáreos o arcillosos. Se puede encontrar desde los 700 hasta los 2200 m de altitud. Es una planta protegida en algunas regiones, como Asturias o Cataluña, por su escasez y amenaza.
A pesar de su toxicidad, la Actaea spicata ha sido usada en el pasado en medicina tradicional, sobre todo para tratar dolores reumáticos, inflamaciones, neuralgias o convulsiones. Sin embargo, su consumo puede provocar graves efectos adversos, como gastroenteritis, vómitos, diarreas, delirio o dermatitis. Por eso, se recomienda evitar su uso y manipulación sin supervisión médica.
Espero que hayas aprendido algo nuevo sobre esta planta tan interesante y peculiar.