Ailanthus altissima, también conocida como árbol del cielo, es una especie de árbol originaria de China que se ha introducido en muchas partes del mundo por su rápido crecimiento y su resistencia a las condiciones urbanas. Sin embargo, esta planta también tiene un gran impacto negativo sobre la biodiversidad y la salud humana, por lo que se considera una especie invasora y se recomienda su control o erradicación.
En este artículo vamos a explicar las características, la distribución, la ecología y los efectos de Ailanthus altissima, así como las posibles medidas de gestión para reducir su expansión y sus daños.
Características de Ailanthus altissima
Ailanthus altissima es un árbol caducifolio que puede alcanzar hasta 25 metros de altura, con un tronco grueso y una copa amplia. Sus hojas son compuestas, con folíolos lanceolados y dentados en el margen. Sus flores son pequeñas, de color amarillo verdoso, y se agrupan en panículas terminales. Su fruto es una sámara alada, de color rojizo o marrón, que se dispersa fácilmente por el viento.
Ailanthus altissima es una especie dioica, es decir, que hay individuos masculinos y femeninos separados. Los individuos masculinos producen un olor desagradable cuando florecen, debido a la presencia de compuestos sulfurosos. Los individuos femeninos pueden producir miles de semillas al año, que pueden permanecer viables durante varios años en el suelo.
Distribución de Ailanthus altissima
Ailanthus altissima es nativa de China, donde se cultiva desde hace siglos por su valor ornamental, medicinal y maderero. Se introdujo en Europa a finales del siglo XVIII y en América a principios del siglo XIX, como planta ornamental para parques y jardines. Desde entonces, se ha extendido por todo el mundo, especialmente en zonas templadas y subtropicales.
Ailanthus altissima se adapta a una gran variedad de hábitats, desde bosques a zonas urbanas, pasando por terrenos baldíos, bordes de carreteras o riberas de ríos. Prefiere los suelos profundos y húmedos, pero también tolera los suelos pobres, secos o contaminados. Es capaz de soportar temperaturas extremas, sequías, heladas o incendios.
Ecología de Ailanthus altissima
Ailanthus altissima es una especie pionera que coloniza rápidamente los espacios abiertos o alterados por la acción humana. Tiene una alta capacidad de regeneración vegetativa por medio de retoños o raíces adventicias, lo que le permite formar densas poblaciones que excluyen a otras especies vegetales. Además, produce sustancias químicas que inhiben el crecimiento de otras plantas (alelopatía), lo que reduce aún más la diversidad vegetal.
Ailanthus altissima también afecta a la fauna asociada al ecosistema invadido, ya que ofrece menos recursos alimenticios y refugio que las especies nativas. Asimismo, puede alterar el ciclo hidrológico y el balance de nutrientes del suelo, lo que repercute en el funcionamiento del ecosistema.
Efectos de Ailanthus altissima
Ailanthus altissima tiene un gran impacto ecológico, económico y social sobre las zonas invadidas. Algunos de los efectos más relevantes son:
- Pérdida de biodiversidad: Ailanthus altissima reduce la diversidad y la abundancia de las especies vegetales y animales nativas, lo que afecta al equilibrio ecológico y a los servicios ecosistémicos que estas proporcionan.
- Degradación del paisaje: Ailanthus altissima altera la estructura y la composición del paisaje natural o cultural, lo que afecta a su valor estético y patrimonial.
- Daños a la infraestructura: Ailanthus altissima puede causar daños en edificios, carreteras o canalizaciones por la acción mecánica de sus raíces o por la caída de sus ramas.
- Riesgo de incendios: Ailanthus altissima aumenta la carga de combustible y la inflamabilidad del ecosistema, lo que favorece la propagación y la intensidad de los incendios forestales.
- Problemas de salud: Ailanthus altissima puede provocar alergias, dermatitis o asma en las personas que entran en contacto con sus hojas, flores o polen. Además, algunas partes de la planta son tóxicas si se ingieren.
Medidas de gestión de Ailanthus altissima
Para controlar o erradicar Ailanthus altissima se pueden aplicar diferentes métodos, según el grado de invasión, el tipo de hábitat y los recursos disponibles. Algunos de los métodos más comunes son:
- Prevención: Se trata de evitar la introducción o la dispersión de la especie mediante la educación ambiental, la regulación del comercio o el uso de plantas alternativas.
- Detección temprana y respuesta rápida: Se trata de localizar y eliminar los focos de invasión antes de que se establezcan y se expandan, mediante el monitoreo y la alerta temprana.
- Control mecánico: Se trata de eliminar la parte aérea y subterránea de la planta mediante el corte, el arranque o el desbroce manual o mecánico. Es necesario repetir el tratamiento varias veces para evitar el rebrote.
- Control químico: Se trata de aplicar herbicidas específicos sobre las hojas, el tronco o el suelo para matar la planta. Es necesario seguir las indicaciones de uso y seguridad para evitar daños al medio ambiente o a la salud humana.
- Control biológico: Se trata de utilizar organismos vivos que se alimentan o parasitan a la planta, como insectos, hongos o bacterias. Es necesario evaluar los riesgos y los beneficios de esta opción antes de su aplicación.
- Restauración ecológica: Se trata de recuperar el hábitat invadido mediante la eliminación de la especie exótica y la reintroducción de las especies nativas, con el fin de restaurar el equilibrio ecológico y los servicios ecosistémicos.