La Bituminaria bituminosa, conocida comúnmente como trébol hediondo o tedera en las Islas Canarias, Hierba cabruna, Higueruela, Tedera, Angelota, Angelete, Hierba pura, Angeleta, Hierba cabrera, Hierba gitana, Trébol pudent o de rebenta, Cejinegra, es una especie de la familia de las fabáceas que se destaca por su notable resistencia y versatilidad. Esta planta vivaz posee un tallo que varía entre los 20 y 100 cm de altura, y se caracteriza por su superficie más o menos pubescente, que le confiere una textura distintiva al tacto.
Las hojas de la Bituminaria bituminosa son imparipinnadas, con tres folíolos peciolados que exhalan un olor característico a betún, lo que sin duda contribuye a su nombre popular. Los folíolos presentan formas muy variables, desde lanceoladas hasta ovaladas, y están provistos de pelos y glándulas que les otorgan una apariencia única. La inflorescencia de la planta es largamente pedunculada, culminando en una cabeza densa que alberga flores de un tono azul-violeta, raramente púrpura, rodeadas por un cáliz quinquefido hirsuto.
El fruto de la Bituminaria bituminosa es una legumbre monosperma ovoide, de aproximadamente medio centímetro, que llama la atención por su superficie espinosa y velluda. Posee un pico arqueado, ancho y aplanado, que es unas dos veces más largo que el cuerpo del fruto, una característica distintiva que facilita su identificación en el campo.
Esta especie es nativa de toda la Cuenca Mediterránea y Canarias, extendiéndose también por África del Norte no desértica y hacia el Este, hasta el Cáucaso. Su presencia es notable en la India e islas del Océano Índico, como Mauricio, lo que demuestra su capacidad de adaptación a diversos climas y suelos. En el archipiélago canario, se reconocen dos taxones infraespecíficos: B. bituminosa var. albomarginata, endémica de Lanzarote e islotes adyacentes, y B. bituminosa var. crassiuscula, endémica de las cumbres del Teide.
La Bituminaria bituminosa habita en matorrales y formaciones preforestales, preestépicas y estépicas, desde el nivel del mar hasta los 2000 metros sobre el nivel del mar. Es muy corriente en bordes de caminos y carreteras, lo que indica su capacidad para prosperar en ambientes perturbados por la actividad humana.
Entre los usos de la Bituminaria bituminosa, se destaca su aplicación como cultivo forrajero, aprovechando su valor nutritivo para la alimentación del ganado. Además, se utiliza en la fitoestabilización de suelos contaminados por metales pesados o degradados, demostrando su utilidad en la recuperación de ecosistemas alterados. En el ámbito farmacéutico, la planta es fuente de furanocumarinas, como el psoraleno y la angelicina, compuestos de interés por sus propiedades medicinales. Tradicionalmente, en la medicina canaria, sus hojas trituradas se han empleado para cortar hemorragias, evidenciando su importancia en la medicina popular.
La taxonomía de la Bituminaria bituminosa fue descrita inicialmente por Carlos Linneo como Psoralea bituminosa y posteriormente transferida al género Bituminaria por Charles Howard Stirton. El nombre genérico Bituminaria deriva de los vocablos latinos bǐtūměn, que significa betún, y āria, un sufijo que indica posesión o relación, haciendo alusión al olor a betún de la especie. El epíteto específico bituminosa hace referencia a su característica olorosa.
En resumen, la Bituminaria bituminosa es una planta de gran interés tanto ecológico como económico y medicinal. Su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones ambientales y su potencial uso en diversas aplicaciones la convierten en un objeto de estudio valioso para la botánica, la ecología y la farmacología. Su presencia en la flora mediterránea y macaronésica es un testimonio de la riqueza y diversidad de estas regiones, y su estudio y conservación son fundamentales para la comprensión y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.